ya acabó su novela

Estoy con Israel

¿Algún Problema?

Publicado: 2014-07-30


Solo voy a decir que no estoy de acuerdo con ninguna guerra. No estoy de acuerdo con el concepto de países ni patriotismo ni mucho menos ejercito, sin embargo existen y tengo que adaptarme.

Considero que, por lo menos, algunos países son pragmáticos a la hora de planificar su política exterior y, por lo tanto, tienen cierto nivel de predictibilidad en sus acciones.

Los musulmanes no. Ellos son ciegos borregos que siguen hasta la muerte al líder de turno. Puedes esperar cualquier cosa de ellos. Te odian y te lo dicen en la cara. Te matan, se jactan de ello y esperan que todos seamos tolerantes con ellos.

Me gusta pensar que todos los religiosos tienen problemas mentales, sin embargo, judíos, cristianos, ¿budistas?, etc. no son tan metiches como los islámicos (según su grado de radicalismo). Ellos te llaman infiel y predican la guerra santa por todos lados.

Basta con recordar la fatídica sucesión de eventos desencadenados a partir de la publicación de doce viñetas que retrataban al “profeta” Mahoma en el diario danés “Jyllands-Posten” en el mes de setiembre de 2005. Sí, muchos se deben de acordar que a partir de las caricaturas en cuestión provocaron la ira de, incluso, los líderes musulmanes más abiertos a occidente.

Algunas de las reacciones fueron las siguientes:

• Se quemaron banderas danesas (Ese día fueron danesas, ayer eran norteamericanas hoy de seguro son israelitas y mañana quien sabe);

• Peticiones de disculpas al gobierno de ese país (Claro, para ellos es muy difícil entender que existe libertad de prensa) ;

• Se asaltaron embajadas (A por todos) ;

• Se sabotearon productos de procedencia danesa (Obvio… son parias, como se atreven a retratar al sagrado profeta!);

• Se atentó contra la salud de muchos ciudadanos daneses y en general cualquier occidental ;

• Se quemaron iglesias cristianas en Pakistan (Bueno… era espacio que se estaba desperdiciando…) ;

• Se le asigno el precio, nada humilde, de un millón de dólares a la cabeza del dibujante danés ;

• En Nigeria se metió a un cristiano dentro de una llanta y se le prendió fuego mientras se le hizo rodar; y,

• Se asesinó a nueve personas en un ataque a un consulado italiano, etc. ;

Todo eso por la publicación de doce caricaturas de Mahoma. O sea, porque ellos no tienen libertad de expresión ni de pensamiento esperan que nosotros encajemos en su intrincado molde mental.

Me parece bien que se hayan hecho esas publicaciones. Ninguna religión tiene corona los hechos son evidentes, la tendencia del Islam es hacia la violencia.  

Imaginemos por un momento que en Chile surge un movimiento nacionalista de corte fascista. Ahora bien, ese movimiento gana adeptos a una velocidad impresionante y una de las premisas es la expansión hacia el norte.

Muchos chilenos se infiltran en territorio peruano y comienzan una serie de ataques terroristas que dejan un saldo de cuatrocientos peruanos muertos por cohetes y hombres bomba chilenos.

El gobierno de Chile se desentiende de los ataques y no da ninguna facilidad para capturar a los líderes del movimiento en cuestión.

¿Qué queda? ¿Seguir comiéndote todos los ataques?

Los Islámicos nunca dicen ser responsables de nada. Tal premisa no puede estar más alejada de la realidad. Desde la manera en la que tratan a las mujeres, hasta los arcaicos castigos que se les da a las personas, su esquema mental solo demuestra una violencia estructural.

Lo que se ha podido apreciar a partir del conflicto entre palestinos y judíos es un tremendo antisemitismo que ha estado dormido por varias décadas y que ha aprovechado esta coyuntura para nuevamente salir a flote.

Hoy está de moda odiar a los judíos, las personas se solidarizan con los árabes sin saber nada en absoluto del conflicto que ha venido desarrollándose por varias décadas. Probablemente eso no importa. 

Como yo veo las cosas, los judíos, esta vez sí se están defendiendo y a todos les revienta que no sean, una vez más, el pueblo oprimido, sino uno que hace valer sus intereses y cuida la integridad de su gente.


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