ya acabó su novela

No me da la gana que seas feliz

A veces hay que explicar las cosas con pizarrita

"Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame."

Tu. dios.

Publicado: 2014-05-28

Es un día soleado y te provoca salir a caminar por el parque. Coges tus llaves, tus lentes de sol, le pones la correa a tu perro y te dispones a salir de tu casa para dar un paseo.

Al abrir la puerta te encuentras con un par de matones que te bloquean el paso. Tratando de evitar problemas les pides permiso, sin embargo sus gigantes cuerpos permanecen inmóviles. Les pides alguna explicación sin embargo permanecen callados.

De repente ves a alguien caminando cerca y le pides ayuda. Voltea y te ve como nunca te habían visto antes. Con odio. Se te acerca y te dice: “No te voy a ayudar, no quiero que camines por el parque”. Tú, evidentemente contrariado con toda esta situación le preguntas: “¿Por qué no puedo ir al parque, que he hecho para merecer esto?”. En ese momento pensaste que ibas a obtener una explicación que respalde tan grande abuso. De repente, pensaste, te encontrabas bajo arresto domiciliario por algo que habías hecho el sábado pasado que borraste casete por tremenda juerga que te pegaste. ¡Pero no!. El hombre se limito a responder: “porque me da la gana, es mi opinión, respétala”.

Nadie te daba una explicación que sustente por que te habían limitado tu derecho a la libertad de tránsito. Estas encerrado en tu casa y los matones permanecen inmóviles y en silencio cuando pides una explicación para la injusticia que estás sufriendo. 

Te irritas, te amargas, empiezas a gritar pidiendo auxilio. Cada persona que pasa te dice lo mismo: “no quiero que salgas a la calle”. Otros te dicen: “Eres un mal ejemplo para mis hijos, debes permanecer encerrado”. Los peores se inventan lo siguiente: “Eres el enviado del diablo, si sales a la calle todos los enviados del diablo saldrán tal y como lo dijo mi dios”.  

No lo puedes creer. No sabes que hacer. Empiezas a negar cada una de las acusaciones. Gritas que eres una persona buena, que no le has hecho daño a nadie y que harás lo que quieran con tal de que te devuelvan tu libertad, sin embargo todos te repiten: “Por qué nos quieres imponer tu opinión, tu eres malo. Eso es lo que pensamos. Respetanos ¡NO SEAS INTOLERANTE!.


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